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  • Foto del escritorcomunicaciones Planeta Paz

Sintiendo el cuerpo


En ANATEMA el cuerpo es visto como un templo y como una fuente para crear arte y expresión, pues ese cuerpo que exponemos y pintamos, nos libera y es allí donde deja de importar si soy “el gordito”, “la flaquita”, el “más” o el “menos”; pero ese cuerpo también duele, también lo lastimamos como refugio y forma de sanar los dolores del alma.

La validación del cuerpo, las emociones y los silencios que a veces también dicen mucho; pues mis silencios y los del otro también construyen, propician la creación y afianzamiento del cuerpo y las seguridades de acuerdo a los espacios que habitamos y en los cuales nos desenvolvemos, porque el cuerpo también es fuente de resistencia ya que es nuestra forma de transgredir escenarios, de incomodar lo que está bien y romper los esquemas de lo supuestamente correcto; allí se valida al otro desde su sentipensar.


Performance sobre el abuso sexual del colectivo Anatema en la I.E. Gustavo Matamoros – Armenia, Quindío


Hay momentos en que somos nadie, existimos desde las características que nos identifican: existimos desde la rebeldía, de ser diferente, desde sentir que somos nadie! existimos desde los roles que nos impone la sociedad: El trabajador, el estudiante, el revolucionario, la madre, el hijo… La NADA.

Existir es un concepto cambiante y que se da de acuerdo a las vivencias que se tienen; también de acuerdo al contexto en el que se quiere existir porque existir no es lo mismo que vivir y entonces, ¿Soy un algo o soy un alguien?

ANATEMA hace parte de la Red de Géneros y se percibe como ese lugar, ese espacio y ese grupo de confianza y seguridad para quienes lo habitan y llegan, a veces sin saber el por qué; y se vuelve seguro simplemente porque PODEMOS SER, libres de expresión, de mostrarnos como somos y libres de habitar el cuerpo en el que nos sentimos cómodos.


Nia Alexandra Noval integrante de Anatema liderando un experiencia sobre el cuerpo


La red de género en el eje cafetero es una apuesta por visibilizar los diferentes territorios ancestrales, los contextos de barrio, los territorios rurales y urbanos en relación con las organizaciones sociales y movimientos populares y la escuela.

Se visibilizan los procesos en los que se hace importante el papel de los géneros a través de sus diversidades construyendo una movilidad social que articula no solo la escuela sino la comunidad entera. Proponiendo así una construcción geopolítica y colectiva en donde se tensionan los espacios de dialogo y las vivencias desde los territorios, entendiendo el territorio como un espacio social, pero también geográfico, y que vincula las historias y vivencias para tejer un espacio que puede ser el cuerpo mismo.


Enoe Cataño, participante de Mujeres Sabias por el Territorio de Ríosucio, Caldas


La red inició como una forma de juntar experiencias y de dialogar entre varias formas de ver el género, desde Caldas hasta el Quindío, donde se enredan las experiencias de género desde las mujeres indígenas, las mujeres lideresas sociales, las mujeres campesinas y las mujeres de escuelas públicas, así mismo se pone en cuestión formas otras de ser mujer y otras formas de ser hombre, que se conciben con la idea de la diversidad y la disidencia, que se relacionan de manera íntima con el territorio y en el que todas estas formas de ser se confluyen entre sí, se interrelacionan con el sentido de la red y le dan la posibilidad de ser a otras que quizá no han podido ser y verse visibilizadas y que se vinculan no porque compartan el mismo discurso sino porque se da la posibilidad de ser en el diálogo y el intercambio de sus vivencias.

Red de Géneros

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